Muestra poética de Cristóbal Villanueva

1


Como de aquellas galletas dulces con toques anaranjados,
Pero con finales amargos en honor a tu ausencia,
O me gustaría creer,
pensar que significa aquello
Aquel sentir del mero gusto,
insignificante quizás,
En realidad es preludio de lo que no se puede ver
Ni palpar,
Ni expresar con detalles lo que exige la ciencia moderna.

 

2


Y si quizás no vale la pena reflexionar
sobre quién muere o nace,
o quien hace o no hace
De todas formas,
Los días seguirán transcurriendo,
Unos tras otros,
Sin piedad;
como el abuso de un menor en una casa
que le resultaba demasiado familiar
o el discurrir de la memoria colectiva
cuando se construye como la construimos,
aquí,
en este espacio de tierra
medio abandonado,
medio dividido,
medio condenado,
pero que sigue coleteando
resistiéndose a morir

 

3


Y en aquellos márgenes terrenales,
donde se tiende a desplazar el día y la noche;
el frío y a veces; la propia ausencia
hiciste de tu morada, pocilga, refugio, como quieras llamarle,
con tus miedos y remilgos
especie de fórmula a la nada,
para protegerte de tus propias mentiras
confabulaciones de tu propia carne

 

4

Existir aquí,
En este plano,
Más allá de las formas, límites y sonidos
Existir, como si se ignorase el inicio y en sí, mismo,
La conciencia de que el tiempo transcurre,
Se aleja,
Incluso en la formación de las letras,
Es decir, también en la concepción de los ecos,
o suspiros
Que fueron inicio,
Reflejos de un comienzo.
Pero más allá,
Mucho más,
En realidad es el tiempo quien muere
En la constante asfixia del simple pasar

 

5


Un café y dos medialunas
Quizás tres, si el ánimo lo permite
-Ojalá-
Arrojarse a la silla frente al escritorio y dejarse ir.
Es necesario volver al personaje
A su movimiento mecánico,
Aquella actuación como errática,
media descompuesta, fallida
A las falsas esperanzas auto repetidas,
un vaivén de voces que pertenecen al mismo origen
Necesario ritual para continuar viviendo
Un día
A la vez.

 

6

Arañando mi propia alma está la muy bestia,
Con su insaciable hábito golpetea,
Se asume ama y señora de estas tierras.
La jodida me conoce,
Quizás más que nadie,
La consciencia y el instinto son sus materias.
Intento aniquilar a la muy perra,
Pastillas y dialéctica: mi lenguaje del odio,
Mis zarpazos en razón de la autodefensa, lo juro.
Pero no sirve,
Pervive,
Se aferra al existir como si justa causa tuviera,
Cómo si verdaderamente su destino fuera cohabitar el plano del alma que con su presencia misma asola.
Ocasionalmente se cansa del mero golpeteo,
Del alimento vacuo del alma,
Y devuelve unos golpes que hacen grietas en el alma
Grietas malditas por dónde el lenguaje del terror envía sus susurros,
Órdenes correspondientes más bien, a quejidos, llamados del plano impalpable de lo espectral,
o del averno
Ansias de sustraer algo aún mayor que el mero alimento diario,
que la muy perra sabe qué fácil obtiene,
el premio mayor, la muerte metafísica del alma.

 

7

Deseo separarme del tiempo y sus consecuencias,
desligarme de él, como si objeto fuera,
trozo de tela fácil de desprender,
desnudar.
Este hablante no cree estar listo para cohabitar con él,
o más bien, no puede soportar su abrumador discurrir
y como todo lo toca, le toca
-siente-
el hablante le exige,
-no le pide-
piedad,
pero el tiempo no es un mercenario,
una puta
un animal,
u otro ser humano que tendería a ser la norma
el tiempo solo es
Y por ello, ante la perspectiva del cierre del poema,
es decir, el suspiro convaleciente de esta voz
solo queda eso: desear o esperar
que en el fondo es lo mismo.

 

8


Te quiero podría significar lo mismo
que pedirle a las gotas de lluvia que borren tu nombre del espacio
o pedirle al océano que me ahogue en tí,
en la contradicción se encuentra el amor
desmenuzado, percudido,
pero latente,
como acechando yace
con delicadeza desmesurada,
esperando cual bestia, cazador de hombres,
que la presa baje la guardia

 

9 . Confesión


En realidad no tengo ni puta idea de como llamar a las cosas
o a las emociones que me produce ver a ciertos seres
-mujeres principalmente-
Por eso chamullo mi analfabetismo
mi ignorancia,
con estas mentiras que creo tienen algo de estética
porque en realidad para mí la poesía es un pozo infinito,
de paredes y fondo blanco
donde rocío con tinta mis preguntas
asimilando un ritual que en su formulación
responderá las inquietudes
que en lo hondo
me atan a este vicioso círculo de engaño.

 

10

Se ha perdido algo que se creía propio
Y nunca volverá
por mucho que se le busque,
ni siquiera se puede
Verbalizar
Dibujar
imaginar
Lo que se es
solo se sabe que se perdió
por aquel vacío que quema
arde y duele
únicamente palpable por el tacto del alma
que lo busca en el despertar de cada mañana,
sintiendo el dolor en su ausencia.

 

11

Y aunque recorra nuevamente tus carnes
con estas manos de ímpetu profano,
no sólo no serán los mismos rayos solares
quienes nos cubran,
o el mismo sudor que nos empape
tampoco serán tus mismos muslos
objeto cúspide de este ritual
más bien,
seguiremos simulando que el otro se enternece del otro
se apiada del otro
y se ama al otro
en este juego de medio jovenes-medio adultos
al cual nos hemos condenado.


Imagen de la cabecera: Compasión de William Blake (1795)